Frangipani o Plumeria, es una planta originaria de América Central y del Sur, muy extendida especialmente en las regiones tropicales. Es un arbusto o árbol pequeño de hoja perenne que puede alcanzar los 7-8 metros de altura en la naturaleza. Si se cultiva en macetas de poda con aire, no suele superar los 3-4 metros.
Frangipani es especialmente apreciado por sus espléndidas inflorescencias que pueden ser de diferentes colores, del blanco al amarillo, del rosa al rojo y al púrpura. Las hojas son largas y estrechas, de un hermoso color verde intenso, mientras que el tronco y las ramas suelen ser muy nudosos.
El cultivo de frangipani requiere un clima cálido y húmedo, y no tolera las heladas ni las temperaturas demasiado frías. Además, es importante garantizarle un suelo bien drenado y bastante fértil, enriquecido con abono orgánico.
Frangipani se puede cultivar tanto en macetas tradicionales, macetas de poda con aire y en el suelo, siempre que se respeten sus necesidades ambientales. En general, se aconseja colocarla en un lugar soleado al abrigo del viento, y regarla regularmente sin excederse, evitando mojar las hojas.
Para favorecer la floración es importante realizar podas de adiestramiento y limpieza, eliminando ramas secas o enfermas y limitando el crecimiento de las partes más vigorosas.
Frangipani es una planta muy encantadora y decorativa, ideal para embellecer su jardín o terraza. Si quieres cultivarla, recuerda respetar sus necesidades y darle los cuidados necesarios, y serás recompensado con la belleza de sus flores.
Frangipani se puede propagar fácilmente por esquejes o capas. También es posible obtener nuevas plantas de la siembra, aunque este método requiere más tiempo y atención.
Propagación por esquejes. Es recomendable tomar algunas ramitas de unos 20 cm de la planta madre, eligiendo aquellas con cogollos bien desarrollados y quitando las hojas basales. A continuación, los esquejes se enraízan en un sustrato ligero y húmedo, preferiblemente utilizando una hormona de enraizamiento para favorecer la emisión de raíces.
Propagación por estratificación. Se realizan incisiones en la rama elegida, se envuelve la zona con un sustrato húmedo y nutritivo como la turba. Mantenga la parte envuelta cubierta con film transparente. Después de unos meses, deberían formarse raíces y las capas se pueden separar de la planta madre y trasplantarse también.
Tanto para la propagación como para el cultivo en general, es importante estar atento a posibles plagas o enfermedades como la cochinilla, el oídio o la roya. En estos casos se pueden utilizar productos específicos para el control de insectos u hongos. No te excedas en las dosis ni utilices productos demasiado agresivos.
Por último, si quieres que tu frangipani florezca con más abundancia, puedes intentar estimularla con un abono específico para plantas con flores, a administrar en primavera y verano. De esta forma, disfrutarás durante mucho tiempo de la belleza y el aroma de sus espléndidas flores.
EL SISTEMA ROOTHUS
